DANTE VÁZQUEZ M.
A Cliserio Vázquez Aguilar
Hombre de hierro, de palabra,
de calma ensordecedora;
el de consejos certeros,
quien pacto riqueza y vida
con el mismísimo Diablo.
Viejo frío hasta la lágrima
y cándido hasta el silencio.
La seguridad y el miedo
de la familia completa.
Rebaba, rebaba, ayer;
hoy, hoy, hoy, hoy, hoy ausencia,
la oscuridad de los verdes
en la huerta, la vastedad
de los terrenos metálicos
que forjaron tu recuerdo,
pájaro en mano, en el alma,
corazón justo, confiado
—demasiado, demasiado—.
El camino recorrido
extraviado en la memoria
del naranjo, el platanar,
los árboles de toronja,
de mango y de mandarina.
Abrazo invernal en plena
primavera veraniega
antes del ocaso otoñal.
Hombre de hierro, de palabra,
el día de tu muerte
las ranas croaron en voz baja.