ROMINA CAZÓN
Cada vez que pienso en la poesía, pienso en múltiples formas de abordarla. Acercarme a la poesía visual, en los últimos cinco años, tiene que ver con un intento natural de abandonar los soportes (para mí) tradicionales, como el uso del poema en verso libre o el poema en prosa. Esto no quiere decir que esas formas no son válidas, sino que en lo particular hay una necesidad de nuevas expresiones.
Todo poema es comprendido a partir de una observación aunque no sea un poema visual. En cada lectura hay una cuestión visual inherente. Es importante el efecto visual que produce una palabra en negrita, en cursiva, la posición de los versos, la extensión, el mismo texto y hasta los espacios en blanco.
La poesía visual nace casi a la par de la poesía. En el año 1700 a. C., en Creta, se hallaron los primeros poemas visuales en forma de espiral, todavía sin descifrar. En el año 300 a. C. se conoce al primer poeta visual, Simmias de Rodas, quien hacía poemas en formas de figuras, de los que se conservan actualmente: El hacha, Las Alas y El huevo. Estos hoy se podrían llamar como caligramas.
La poesía experimental muestra sus primeras proyecciones a mitad del siglo XIX y principios del XX con la llegada de autores como Lautremont, Rimbaud, Mallarmé, Apollinaire y el futurismo de Marinetti.
A principios del siglo XX Guillaume Apollinaire trabaja la idea de Rodas y, con el verso libre, crea los caligramas, en los cuales se representa la imagen del discurso dibujándola con sus propias palabras. De allí que nace un nuevo movimiento vanguardista en la poesía visual.
Se dice que el poeta chileno Vicente Huidobro, en su libro Canciones en la noche, contaba con el primer caligrama, Triángulo Armónico, dos años antes de los Caligramas de Apollinaire. Aunque el dato todavía está en disputa.
A lo largo de un siglo la poesía visual ha tenido diferentes formas para ser compuesta, desde la plástica, la fotografía, el video, el texto electrónico, el texto animado, han otorgado a la poesía una nueva dimensión que seguirán desarrollándose en los años venideros.
Las nuevas formas de expresión poética repercuten en el arte en general porque la noción del lenguaje se aleja de su función exclusivamente alfabética. En lo poético se destruye la sintaxis, la eliminación de los signos de puntuación, el rechazo a la métrica y la rima, sobre todo la re-significación del mensaje.
Joan Brossa, destacado poeta visual español, le da a cada una de sus obras un enfoque irónico y rebelde. Afirma que La poesía visual no es un dibujo ni pintura, es un servicio a la comunicación.
La poesía visual es una expresión que se opone a todos los parámetros establecidos y sugiere que su espectador–lector se esfuerce por pensar en el concepto.