RUBÉN RIVERA
A Néstor
1
Cuando terminó la guerra
el viento aullaba
queriendo convertirse en tormenta.
Los forenses
sacaron el cadáver
de un montón de huesos podridos.
De pronto se escuchó la voz
de no sé qué dioses oscuros
dentro del corazón de la tormenta:
devolveremos sus huesos a la vida,
pero cosieron su rostro al revés.
Por eso mi hermano
ya no sabe caminar hacia adelante,
pensar hacia adelante,
sentir hacia adelante.
Cuando terminó la guerra
el viento aullaba
queriendo ser tormenta
y mi hermano buscaba
caminar hacia la muerte,
pero su rostro
se había quedado viendo la vida para siempre.