CARMEN ASCENETH CASTAÑEDA
Azucena me trajo al covitario asustada, y yo sin poder consolarla llevándola a nuestro campo de flores, como cuando era niña. Ahí donde el viento en otoño mece corolas y toma su polen para esparcirlo. Ese mismo viento que agitó el virus sobre mi pecho y avivó su fuego dentro. Un incendio brotó de mis pulmones. El perfume del almácigo se volvió un racimo de llamas oscilantes. Y yo, con mis años, no pude combatirlo.
Llegué sin sostener mis piernas, la lengua reseca, como maceta yerma, a este suelo que arde en medio. No hay atardeceres o amaneceres aquí, el sol de afuera prende a la misma hora, pone piedras a mi pensamiento. Las sombras blancas me dan de beber lava, maceran mi tierra, me siembran agujas.
Atravieso la estación sin aire, donde ondean flores encendidas.
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Se apagó la noche con mis lamentos pecho a tierra, le había contado mis secretos.
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Le puse hielo al café por la mañana, es que mi climaterio se acabó el azúcar.
Carmen Asceneth Castañeda (Ciudad de México, 1969) es maestra en Psicoterapia y académica. Estudió creación literaria en la UNAM. Tiene dos poemarios publicados. Ha ganado concursos de cuento y poesía. Han publicado sus poemas en revistas digitales y en periódicos de circulación regional. Participa en recitales y eventos culturales. Escribe para su blog de poesía y psicoanálisis.